Ciudad de México ► Traficantes de personas están utilizando redes sociales para instar a los migrantes que cruzan México y Centroamérica a apresurarse a llegar a Estados Unidos (EE. UU.) antes de que Donald Trump asuma la presidencia. Según una investigación de Santiago Pérez, publicada en el Wall Street Journal y retomada por Expansión Política, los traficantes están asustando a los migrantes con posibles cierres de la frontera.
Migrantes que integran caravanas desde Tapachula, Chiapas, y aquellos que vienen desde el Darién, en la frontera Panamá-Colombia, han recibido estos mensajes. Un contrabandista, en un mensaje grupal de WhatsApp visto por el Wall Street Journal, advirtió sobre más deportaciones bajo el gobierno de Trump y deseó suerte a los migrantes para que no sean atrapados al intentar cruzar la frontera estadounidense.
José Luis Pérez Canchola, jefe de la unidad de apoyo a migrantes en Tijuana, señaló que los traficantes están sembrando dudas, especialmente entre aquellos que buscan solicitar asilo legalmente. La victoria de Trump ha generado nerviosismo, y los traficantes se están aprovechando de esa situación.
No es la primera vez que ocurre. En 2016, antes de que Trump ganara la presidencia por primera vez, los migrantes recibieron mensajes similares para apresurarse a cruzar.
Se espera que Trump movilice a agencias de todo el gobierno de EE. UU. para deportar a un número récord de migrantes, basándose en los esfuerzos de su primer mandato. Trump prometió una amplia campaña contra la inmigración, con la pieza central de su candidatura a la reelección siendo la deportación de un millón de personas al año.
Los defensores de los migrantes advierten que este esfuerzo sería costoso, polarizador e inhumano, provocando separaciones familiares y devastando comunidades. Durante su presidencia anterior, Trump aumentó las deportaciones, pero una operación dirigida a millones requeriría muchos más recursos.
El American Immigration Council estimó que el costo de deportar a 13 millones de personas en situación administrativa no regulada en EE. UU. ascendería a 968 mil millones de dólares en poco más de una década.