Ciudad de México ► Mongabay Latam, un medio de comunicación independiente sin fines de lucro que se enfoca en noticias sobre conservación y ciencias ambientales, publicó un estudio pionero del Instituto Nacional de Ecología (Inecol) y la UNAM el cual revela que el aumento del nivel del mar amenaza con inundar hasta el 80% de los humedales costeros del Golfo de México, con impactos devastadores en Veracruz, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
En el caso específico de Tabasco, Los Pantanos de Centla —Reserva de la Biosfera y corazón ecológico del estado— figuran entre las zonas críticas, donde un incremento de 1 a 2 metros en el océano anegaría tierras agrícolas, pesqueras y ganaderas, afectando a miles de tabasqueños.
De acuerdo con la investigación «Impactos esperados del nivel del mar en la costa atlántica mexicana», publicada en Mongabay Latam:
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800 mil hectáreas de la costa atlántica quedarían inundadas con un aumento de 2 metros en el nivel del mar.
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En Tabasco, los Pantanos de Centla —hogar de manglares, tulares y especies como el mangle negro (Avicennia germinans)— sufrirían intrusión salina masiva, provocando la muerte de vegetación clave como el Annona glabra (anón de pantano) y Typha domingensis (tule).
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440 mil 444 personas en el Golfo de México enfrentarían afectaciones directas, incluyendo comunidades tabasqueñas dependientes de la pesca y agricultura.
Investigadores de la UNAM ya documentaron en Centla un precedente alarmante: entre 2018 y 2019, el aumento de salinidad mató especies de agua dulce como el tule (Phragmites australis). Hugo López Rosas, experto del Instituto de Ciencias del Mar, advierte que los manglares podrían migrar tierra adentro, invadiendo humedales de agua dulce y reduciendo su extensión. «Si no logran migrar, perderemos cobertura de manglar», sentencia. Esto impactaría la pesca artesanal, pues el 70% de especies comerciales se reproducen en estos ecosistemas.
Científicos del Inecol realizan pruebas con 12 especies de humedales para evaluar su resiliencia. En experimentos controlados:
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La Pachira aquatica mostró tolerancia a la salinidad.
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El anón de pantano (Annona glabra) y el tule (Sagittaria lancifolia) no sobrevivirían a las nuevas condiciones.
«Sin germinación de semillas, no hay renovación de los ecosistemas. Es una alerta crítica», explica Edgar Sánchez, coautor del estudio.
El estudio propone estrategias basadas en naturaleza:
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Restauración de barreras naturales contra inundaciones.
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Proyectos piloto en el Sistema Lagunar Carmen-Pajonal-Machona (Tabasco) para rehabilitar humedales.
Sin embargo, los científicos lamentan la falta de acción gubernamental: «Para 2100, esto será una emergencia nacional», advierte Sánchez.
La salinización del acuífero peninsular —del que depende Tabasco— podría reducir 50% el agua dulce disponible en 30 años, según Amigos de Sian Ka’an. Esto afectaría la agricultura y el consumo humano en un estado donde el 40% del territorio es inundable.
Los Pantanos de Centla (302 mil ha) son el humedal más grande de Norteamérica. Albergan 39 especies de peces, 104 de aves y protegen a comunidades contra inundaciones. Su degradación impactaría la seguridad alimentaria y economía de 560 mil tabasqueños. ■ (Fuente completa: Mongabay Latam)