Estados Unidos ► El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos formales contra James Comey, exdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI), acusado de falso testimonio y obstrucción en el marco de la investigación sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016, conocida como “Russia Gate”. La acusación fue emitida por un gran jurado federal en el Distrito Este de Virginia y se centra en declaraciones que Comey ofreció ante el Comité Judicial del Senado en septiembre de 2020.
La fiscal del distrito, Lindsey Halligan, aseguró que los cargos representan “un abuso de la confianza pública de un nivel extraordinario” y defendió que la rendición de cuentas es un principio esencial de la democracia estadounidense. De ser hallado culpable, Comey podría enfrentar hasta cinco años de prisión, aunque las sentencias federales suelen ser menores a las penas máximas previstas.
La acusación se produjo apenas días después de que el presidente Donald Trump instara públicamente a la fiscal general, Pam Bondi, a acelerar procesos contra el exdirector del FBI y otros rivales políticos. Tras conocerse la decisión, Trump celebró en su red Truth Social que se hiciera “justicia en Estados Unidos”, calificando a Comey como “corrupto” y “uno de los peores seres humanos” en la historia del país.
Comey respondió a través de un video en Instagram, donde negó los señalamientos y afirmó estar preparado para enfrentar el proceso. “Mi familia y yo hemos sabido durante años que hay costos por enfrentarse a Donald Trump, pero no podíamos imaginar vivir de otra manera. No tengo miedo, y espero que ustedes tampoco lo tengan”, expresó.
La fiscal general Bondi, alineada con la postura del mandatario, declaró que “nadie está por encima de la ley” y sostuvo que la acusación refleja el compromiso del Departamento de Justicia con la rendición de cuentas. El actual director del FBI, Kash Patel, también respaldó la medida, calificándola como “un paso más” en la promesa de exponer lo que describió como la politización de la agencia durante la investigación de la injerencia rusa.
El caso contra Comey lo convierte en el primer exfuncionario de alto rango vinculado directamente a la investigación del “Russia Gate” en enfrentar un proceso penal. La acusación llega en un contexto marcado por la presión política y la cercanía del vencimiento del plazo de prescripción de cinco años sobre los hechos atribuidos a su testimonio. ■
