Ciudad de México ► Paulina Gaitán no interpreta a Serafina Baladro: la habita. En la nueva serie de Netflix Las Muertas, dirigida por Luis Estrada y basada en la novela homónima de Jorge Ibargüengoitia, la actriz tabasqueña da vida a una de las hermanas que construyen un imperio de burdeles en el México rural de los años 60, en una historia inspirada en el caso real de “Las Poquianchis”.
Nacida en Villahermosa el 23 de julio de 1991, Gaitán comenzó su carrera actoral a los nueve años y debutó en cine a los doce con Voces inocentes (2004), dirigida por Luis Mandoki. Desde entonces, su trayectoria ha sido marcada por personajes complejos, oscuros y emocionalmente exigentes. Fue Sayra en Sin Nombre (2009), la esposa de Pablo Escobar en Narcos (2015), y ha participado en producciones como Trade, El Presidente y Diablo Guardián.

Pero es en Las Muertas donde su talento alcanza una nueva dimensión. Serafina Baladro no es solo una mujer atrapada entre el deseo, el resentimiento y el poder: es el rostro de una violencia estructural que se disfraza de ambición. Gaitán logra que el personaje transite con naturalidad entre la ternura y la crueldad, la fe y la venganza, en una narrativa que mezcla humor negro, crítica social y una estética descarnada.
La serie, estrenada el 10 de septiembre, ha sido reconocida por su tratamiento provocador de temas como la explotación sexual, la corrupción institucional y el papel de la prensa en la construcción del escándalo. Serafina y su hermana Arcángela (interpretada por Arcelia Ramírez) son el eje de una historia que incomoda, seduce y confronta.
Gaitán, que ha declarado en entrevistas su afinidad por los géneros de suspenso y horror, se consolida como una actriz capaz de encarnar lo prohibido sin perder la humanidad de sus personajes. Su interpretación en Las Muertas no solo confirma su madurez artística, sino que la coloca en el centro de una conversación urgente sobre la representación femenina en narrativas de violencia y poder. ■


