Estados Unidos ► El pasado miércoles, la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, anunció el arresto de Ramón Morales Reyes, migrante mexicano de 54 años, a quien acusó de amenazar con “disparar” contra el presidente Donald Trump mediante una carta enviada al Servicio de Control e Inmigración (ICE) y otras agencias policiales. Según la versión oficial, el documento incluía frases como “estamos cansados de que este presidente se meta con nosotros, los mexicanos” y afirmaba que el indocumentado se “autodeportaría” tras llevar a cabo el atentado. Sin embargo, investigaciones recientes de CNN ponen en entredicho la autenticidad de dicha amenaza.
Las pesquisas revelan que, tras analizar una muestra de la escritura de Morales Reyes, las autoridades determinaron que la caligrafía del supuesto escrito no coincidía con la de él. De acuerdo con fuentes políciales citadas por CNN, existe la convicción de que el indocumentado jamás redactó la carta, lo que sugiere que pudo haber sido víctima de una trampa. Los investigadores señalan que la misiva podría haber sido falsificada para beneficiar a una tercera persona que espera juicio en un caso de robo y agresión, en el que el propio Morales Reyes figura como víctima.
La polémica se enmarca en un contexto en el que los aliados del expresidente han utilizado la noticia para resaltar los supuestos peligros asociados a la migración irregular, enfatizando la necesidad de aplicar medidas estrictas de deportación. La versión inicial de Noem, difundida tanto en declaraciones oficiales como a través de usuarios en redes sociales, pretendía demostrar que la amenaza debía ser tomada en serio, mientras que otros sectores y medios cuestionan la veracidad de aquella versión ante la evidencia de un aparente montaje.
Los antecedentes de Morales Reyes agravan la controversia. Registra múltiples entradas ilegales a Estados Unidos, habiendo cruzado la frontera en al menos nueve ocasiones entre los años 1998 y 2005. Además, posee antecedentes penales por hechos como atropellamientos, daños a la propiedad y conducta desordenada, lo que inicialmente habría fortalecido la narrativa sobre su peligrosidad. No obstante, la investigación actual sugiere que si bien su estatus migratorio y antecedentes son materia de las autoridades migratorias y judiciales, la amenaza en sí podría haber sido instrumentalizada por terceros con otros fines estratégicos, en especial para acelerar su deportación antes de la celebración de un juicio en el que él debía participar como víctima.
Ante estos hechos, un alto funcionario de Seguridad Nacional declaró a CNN que “la investigación continúa” y afirmó que, a pesar de haber sido determinado que Morales Reyes estuvo en el país de forma irregular y contar con ciertos antecedentes, la supuesta amenaza contra el presidente no es creíble. Por el momento, el detenido permanece bajo custodia mientras las agencias federales profundizan en la investigación para esclarecer los orígenes y la autoría del documento, así como la posible vinculación de terceros en la trampa tendida contra el migrante. ■