Sheinbaum destacó que su administración mantiene una mesa de diálogo permanente con el gobierno estadounidense para abordar diversos temas, incluidos migración y seguridad. «Tenemos un plan A, un plan B y un plan C para lo que decida el gobierno de Estados Unidos. Vamos a esperar con la cabeza fría para tomar decisiones ante la amenaza arancelaria», afirmó la mandataria.
La presidenta subrayó que la imposición de aranceles afectaría no solo a México, sino también a la economía de Estados Unidos y al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). «Siempre vamos a defender la dignidad de nuestro pueblo, el respeto a nuestra soberanía y un diálogo como iguales, sin subordinación», enfatizó Sheinbaum.
En cuanto a la fecha de implementación de los aranceles, se ha trascendido que estos no entrarán en vigor el 1 de febrero, como se había anunciado inicialmente, sino hasta marzo. Esta postergación brinda un margen de tiempo adicional para que ambos gobiernos continúen las negociaciones y busquen una solución que evite la imposición de los aranceles.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, advirtió sobre las consecuencias de esta medida en la economía de la región. «Los precios van a ser más altos, es decir, les van a subir el precio 25% de todos esos productos», explicó Ebrard. Además, destacó que una imposición arancelaria generaría problemas en las cadenas de suministro y una menor disponibilidad de productos en el mercado estadounidense.
La presidenta Sheinbaum reiteró su compromiso de mantener el diálogo y buscar soluciones que beneficien a ambas naciones. «Que sepa el pueblo de México que siempre vamos a defender la dignidad de nuestro pueblo y el respeto a nuestra soberanía», concluyó. ■