Ciudad de México ► En México, la depresión afecta entre el 15% y el 20% de los adultos mayores, una tasa que es más del doble del promedio mundial, que se sitúa en el 7%, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) que fueron destacadas por especialistas en un reciente informe.
López-Dóriga Noticias publicó que los datos oficiales también estiman que para el año 2050, más de 3.5 millones de personas en México estarán afectadas por la demencia, una prevalencia mayor que en Europa o en otros países de Norteamérica. Luis Miguel Gutiérrez, exdirector y fundador del Instituto Nacional de Geriatría (2009-2022) y actual director de un centro colaborador con la Organización Mundial de la Salud (OMS), expresó su preocupación por la creciente incidencia de estos trastornos.
El especialista atribuyó estos problemas a factores neurobiológicos y contextuales que afectan la conducta y el bienestar de los adultos mayores. Entre los posibles factores de riesgo, señaló la discriminación por edad, la marginación, la pobreza y la falta de una remuneración adecuada tras la jubilación. «Las personas en este grupo de edad, de 60 a 75 años, tienen una pensión de retiro de menos del 20% de su último sueldo», destacó Gutiérrez.
A esta situación se suma la escasez de recursos médicos. Hasta 2024, México contaba con apenas 1,062 geriatras certificados, lo que implica que cada especialista debe atender a más de 15,000 personas mayores, según datos de Koltin, una organización que proporciona cobertura médica a este grupo etario.
Gutiérrez reconoció que tanto el sector público como el privado están brindando atención, como demuestra el censo «casa por casa» emprendido por el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum para dar atención médica a adultos mayores en sus domicilios. Koltin, por su parte, ofrece el primer seguro médico enfocado en adultos mayores.
Areli Pérez Carrizosa, médica geriatra del equipo de Koltin, advirtió que «muchas personas mayores no reciben tratamiento para la depresión debido a la creencia equivocada de que es parte natural del envejecimiento». Además, señaló que el estigma y la incomodidad para hablar de sus problemas con un experto contribuyen a que los adultos mayores no utilicen los servicios de salud mental.
Ante este panorama, Gutiérrez sugirió que «el enfoque en términos de salud mental prioritario tendría que ser de prevención, porque tanto la demencia como los estados depresivos pueden prevenirse». La prevención y la atención temprana son esenciales para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores en México. ■
