España ► La Real Academia Española (RAE) presentó este lunes 15 de diciembre la actualización 23.8.1 del Diccionario de la Lengua Española (DLE), que suma 330 novedades y constituye un adelanto de la próxima edición 24, prevista para noviembre de 2026. El director de la institución y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), Santiago Muñoz Machado, explicó que se trata de una actualización “con menos pretensiones” que otros años, pero que refleja el dinamismo del idioma y la necesidad de registrar usos consolidados en España y América Latina.
Entre las incorporaciones destacan términos vinculados al mundo digital y las redes sociales, como loguearse y login, además de extranjerismos crudos que deberán escribirse en cursiva, como gif, hashtag, mailing y streaming. También se suman palabras que reflejan fenómenos sociales contemporáneos, como milenial, para referirse a la generación nacida entre 1981 y 1996, y turismofobia, que alude al rechazo al turismo masivo.
El lenguaje coloquial también gana espacio con expresiones como hacer un simpa (España) o pagadiós (Argentina), para describir la acción de marcharse sin pagar en un establecimiento; marcianada, como algo extravagante o disparatado; comecocos, en referencia al videojuego; y biblia, utilizada en la industria audiovisual para designar el documento que contiene la línea argumental y personajes de una serie. Asimismo, se reconocen nuevas acepciones de palabras ya existentes, como brutal, ahora también con el sentido de “magnífico o maravilloso”, o chapar, entendido como cerrar un local.
El diccionario incorpora además expresiones que reflejan realidades sociales, como juguete roto, para referirse a personas que tras alcanzar la fama pierden popularidad y quedan relegadas, y buitre, aplicado a quienes buscan relaciones sexuales pasajeras. En el ámbito científico y tecnológico se añaden voces como gravitón, termoquímica, narcoléptico, ovulatorio y engelamiento, mientras que en el campo de la energía aparece autoconsumo, vinculado al uso de fuentes renovables, y en la medicina eco, como abreviatura de ecografía.
La actualización también refuerza el carácter panhispánico del diccionario con términos de uso extendido en América Latina, como chamaco y chamaca, empleados en México y Cuba para referirse a hijos o jóvenes, y cartuchera, como estuche de lápices en gran parte de Hispanoamérica.
Muñoz Machado recordó que el proceso de incorporación de nuevas palabras es “lento y exhaustivo”, pues las propuestas se analizan en comisiones tanto en España como en América, verificando su uso real. Sobre los extranjerismos, señaló que forman parte natural de la evolución del idioma desde sus orígenes y admitió que algunos intentos de la Academia por adaptarlos al español, como el caso de “güisqui”, resultaron “un fracaso total”.
Con esta actualización, la RAE reafirma su compromiso de reflejar los cambios culturales, tecnológicos y sociales que transforman la lengua, preparando el terreno para una edición 24 “mucho más renovada y amplia” que verá la luz en 2026. ■
