España ► La ruptura entre el Instituto Cervantes y la Real Academia Española (RAE) ha alcanzado un punto crítico con la polémica elección de Panamá como sede del próximo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), previsto dentro de cuatro años. La decisión, anunciada por la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), fue calificada por el director del Cervantes, Luis García Montero, como una imposición que vulnera los acuerdos históricos de organización conjunta.
El conflicto, que ya había estallado en octubre durante el CILE de Arequipa, Perú, se reavivó con fuerza en Madrid, cuando los académicos de la RAE decidieron ausentarse de la reunión anual del patronato del Instituto Cervantes, presidida por el rey Felipe VI y con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. La ausencia fue interpretada como un gesto de protesta frente a las acusaciones de García Montero, quien había descalificado públicamente al presidente de la RAE, Santiago Muñoz Machado, al llamarlo “abogado de negocios millonarios” y no “filólogo”.
En un comunicado oficial, el Instituto Cervantes recordó que desde 1997 la designación de las sedes del CILE se consensúa entre ambas instituciones y el Gobierno español, y acusó a la RAE de actuar de manera unilateral y arbitraria. “La elección de Panamá sin el previo conocimiento del Instituto Cervantes vulnera la buena relación entre instituciones”, señaló el texto, que además advirtió sobre el riesgo de dañar las relaciones culturales con el país centroamericano. García Montero exigió una rectificación y el regreso a la “senda responsable de mutua colaboración”.
Por su parte, fuentes de la RAE explicaron que el anuncio se retrasó por decisión de las academias, argumentando que aún quedan tres años para el próximo congreso y que el clima de tensión generado en Arequipa no era propicio para comunicarlo. Según esas versiones, Muñoz Machado informó personalmente al ministro Albares sobre la elección de Panamá al concluir el encuentro en Perú.
La disputa entre las dos instituciones, que comparten la misión de proyectar internacionalmente el español, se ha convertido en un enfrentamiento abierto y sin precedentes. Mientras el Cervantes reivindica su papel fundador del CILE y acusa a la RAE de aprovechar su presidencia en ASALE para imponer decisiones, la Academia defiende que la elección responde a un consenso de las academias latinoamericanas. ■



