Estados Unidos ► La Universidad de Harvard presentó este viernes una demanda contra el gobierno de Donald Trump tras la decisión de revocar la capacidad de la institución para matricular estudiantes internacionales. En la denuncia, el centro educativo argumenta que la medida —comunicada a través de una carta firmada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem constituyó una “flagrante violación” de la Primera Enmienda y de los derechos constitucionales de la universidad, al socavar la autonomía académica y afectar de manera inmediata la permanencia legal de miles de alumnos extranjeros.
El documento judicial, interpuesto ante un tribunal federal en Massachusetts, sostiene que la revocación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio tendrá consecuencias devastadoras. Según Harvard, los estudiantes internacionales, que representan aproximadamente una cuarta parte de su matrícula, se verán forzados a trasladarse a otras instituciones o incluso a perder su estatus migratorio. El presidente de Harvard, Alan Garber, afirmó con contundencia: “Sin sus estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”, destacando la importancia que estos aportan a la diversidad académica y al dinamismo cultural de la universidad.
La demanda denuncia que la decisión del gobierno no solo responde a motivos administrativos o de seguridad, sino que también se configura como una represalia contra la independencia institucional. Harvard sostiene que, al rechazar las exigencias de control sobre su currículum, su cuerpo docente y sus procesos de admisión, la universidad ha sido objeto de presiones indebidamente coercitivas, lo que vulnera los principios de libre expresión y de autonomía académica garantizados por la Constitución. En dicha denuncia se solicita la suspensión cautelar de la revocación para evitar daños irreparables al funcionamiento y la misión educativa de la institución.
Por su parte, la respuesta del gobierno ha sido contundente. Una portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, desestimó la acción legal calificándola de “infundada” y subrayó la necesidad de garantizar la seguridad y el orden en los campus universitarios. El Departamento de Seguridad Nacional justificó la revocación argumentando que la medida era necesaria para contrarrestar lo que calificaron como conductas inaceptables en el entorno académico, entre ellas manifestaciones y posturas que, según el gobierno, fomentaban el antisemitismo y el extremismo ideológico.
Con esta acción legal, Harvard busca no solo proteger los derechos de sus estudiantes internacionales, sino también salvaguardar los principios fundamentales de libertad académica y expresión. ■