Ciudad de México ► La participación de Fátima Bosch, representante de México en Miss Universo, se ha visto envuelta en una controversia que ha trascendido las pasarelas y encendido el debate en redes sociales. El conflicto estalló luego de un enfrentamiento con Nawat Itsaragrisil, presidente de Miss Grand International y director de Miss Universo Tailandia, acusado por internautas de minimizar deliberadamente la visibilidad de la mexicana en las plataformas oficiales del certamen.
Usuarios en X y Facebook denunciaron que las publicaciones y videos de Bosch fueron relegados a posiciones secundarias, reduciendo su exposición digital. Ante ello, la tabasqueña pidió a sus seguidores incrementar interacciones en las cuentas oficiales para contrarrestar lo que calificó como un trato desigual. La tensión se agudizó cuando Itsaragrisil promovió una dinámica paralela no reconocida por la organización madre: una votación en redes que ofrecía una cena privada a las diez concursantes más mencionadas. Bosch rechazó participar, argumentando respeto a las reglas oficiales, lo que derivó en un intercambio directo con el empresario.
Durante una reunión con delegadas, Nawat cuestionó a Bosch sobre su disposición a promover la cultura tailandesa. La mexicana desmintió cualquier negativa y aclaró que existía un malentendido, pero el tono del diálogo escaló cuando el directivo lanzó críticas hacia el director nacional mexicano, provocando la respuesta firme de Bosch: “Todas las delegadas, como mujeres, merecemos respeto. Estoy aquí representando a un país y no es mi culpa que usted tenga problemas con mi organización”. El llamado a personal de seguridad por parte de Itsaragrisil sorprendió a las participantes y generó muestras de solidaridad hacia la mexicana.
Días después, el empresario ofreció disculpas públicas mediante un video en vivo, asegurando que nunca fue su intención faltar al respeto y atribuyendo lo ocurrido a la presión de patrocinadores y la carga de trabajo. Sin embargo, las reacciones fueron divididas: algunos seguidores consideraron su disculpa sincera, mientras otros la calificaron como insuficiente frente a los señalamientos de hostigamiento.
La organización central de Miss Universo aún no ha emitido un posicionamiento oficial, mientras que en redes sociales persiste la denuncia de un presunto sabotaje contra Bosch. Miles de usuarios exigen transparencia y trato equitativo en el certamen, subrayando que la competencia debe regirse por imparcialidad y respeto.
En medio de la polémica, Fátima Bosch continúa con su participación, reafirmando desde sus perfiles oficiales que su compromiso se centra en los valores de igualdad y dignidad, principios que, asegura, representan la verdadera esencia de la belleza. ■


