Para lograr su reelección, Donald Trump convenció a los votantes estadounidenses de que su contrincante, Kamala Harris, no tenía la capacidad para dirigir los destinos del país más poderoso del mundo… por ser mujer; además de ─según Trump─ ‘floja’, ‘comunista’ y lunática socialista’.
Mientras tanto, en México, su ‘odiado’ vecino, gobierna Claudia Sheinbaum, una mujer de izquierda que logró ser la primera en ocupar la presidencia de su país, con una sólida trayectoria política, manifiesta ideología progresista y relaciones internacionales cercanas con otros líderes de izquierda.
Ante ello, la relación Estados Unidos-México enfrentará nuevas pruebas en áreas críticas como la seguridad, la migración y la economía.
Trump advierte que adoptará lo que llama una postura firme contra México, a quien acusa de ser permisivo con las bandas del crimen organizado y prometió declarar a los narcotraficantes mexicanos como terroristas.
Esta postura agresiva podría intensificarse, especialmente si Trump percibe que el gobierno de Claudia Sheinbaum, con su enfoque más ideológico y nacionalista, no está alineado con sus expectativas injerencistas.
Trump amenaza también con imponer aranceles del 25% a todas las importaciones mexicanas si México no toma medidas más estrictas para frenar la migración ilegal; describiendo la situación en la frontera como una «avalancha de criminales y drogas».
Claudia Sheinbaum tendrá que navegar este terreno minado con cuidado, buscando un equilibrio entre defender los derechos de los migrantes y mantener una relación funcional con el gobierno de Trump.
En cuanto al T-MEC, Trump ha señalado su intención de renegociarlo, argumentando que es un tratado nocivo para la economía de los Estados Unidos, el “peor acuerdo comercial jamás hecho”; incluso, sugiere que China utiliza a México como una puerta de entrada para sus productos al mercado estadounidense.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido que se mostrará la relevancia de las aportaciones de los migrantes mexicanos a la economía de la nación vecina y los beneficios que les ha dejado el T-MEC.
La tormenta que se avecina exigirá de la presidenta de México, y de su gabinete, la capacidad de tomar decisiones difíciles en momentos críticos. Claudia Sheinbaum deberá demostrar su liderazgo enfrentando los desafíos con determinación y sin concesiones.
Además, en el escenario global, la guerra Ucrania – Rusia y el conflicto Israel-Palestina añadirán una capa adicional de complejidad a la política exterior estadounidense.
Así las cosas, está previsto que Trump tome posesión el próximo lunes 20 de enero de 2025.
Mientras tanto, la integración de su gabinete, ya refleja la visión y las prioridades de su segundo mandato, con la inclusión de controvertidas figuras como Marco Rubio, quien al aceptar la nominación como Secretario de Estado, publicó en la red social X: «Promoveremos la paz a través de la fuerza». ■
