Oaxaca ► En Tezoatlán de Segura y Luna, un fatídico accidente ocurrido este lunes dejó seis personas muertas y un menor en estado crítico. La tragedia se desató cuando, en un intento de inspeccionar y limpiar su pozo, el propietario del predio descendió para revisar una bomba de combustión interna, lo que provocó la liberación de una nube letal de gases tóxicos.
Según informó la Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos, encabezada por Manuel Maza Sánchez, alrededor de las 15:50 horas se recibió un reporte que señalaba que varias personas habían quedado atrapadas al interior del pozo. El propietario, identificado como Pedro Ortega Girón, de 53 años, ingresó al pozo para verificar el funcionamiento de una bomba empleada en la limpieza del lugar. La utilización de este equipo generó una nube de dióxido de carbono y monóxido de carbono—gases que, en concentraciones elevadas, producen daños cerebrales y pulmonares—, provocando que el hombre quedara atrapado y comprometiera la integridad de quienes intentaron ayudarlo.
En el intento desesperado por socorrer al hombre, familiares, vecinos y funcionarios de seguridad acudieron al lugar. Entre los involucrados se identificaron dos menores de edad y varios agentes de la policía municipal. Los reportes preliminares indican que, además del dueño del predio, fallecieron dos policías—Norberto Rivera Montesinos (44 años) y Víctor Fabricio Martínez—, así como dos jóvenes, uno de 16 años identificado como Omar Ortega Pérez, y otro menor, Josué Martín Espinoza. Un joven, señalado en algunos informes como Alexis Flores Torres, fue quien logró ser extraído, aunque sufre de lesiones cerebrales severas y se encuentra hospitalizado.
Las autoridades señalaron que el incidente se debió a la imprudencia y al desconocimiento de las condiciones de seguridad requeridas para trabajos en profundidad. Explicaron que, en épocas en las que el nivel freático disminuye, es habitual que las personas realicen labores de limpieza en los pozos sin contar con el equipo adecuado, lo que incrementa el riesgo de accidentes fatales. La liberación accidental de gases tóxicos por el mal uso de bombas de combustión interna no es un hecho aislado, pero sí uno que resulta especialmente devastador en espacios confinados y de difícil ventilación, como es el caso de este pozo, cuya profundidad supera los 35 metros.
El operativo de rescate, por su parte, involucró a elementos del Cuerpo de Bomberos, policías municipales y personal especializado en emergencias. Sin embargo, las condiciones adversas y la naturaleza volátil de la sustancia liberada impidieron un rescate seguro, resultando en la pérdida irreversible de vidas.
Mientras las investigaciones continúan para dilucidar las causas exactas del accidente y determinar responsabilidades, las autoridades hacen un llamado a la adopción de medidas de seguridad más estrictas en actividades de mantenimiento en pozos y estructuras similares. ■