Estados Unidos ► El gobierno de Estados Unidos impuso sanciones financieras a los dos hijos fugitivos del legendario líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, y lanzó una recompensa de hasta 10 millones de dólares por cada uno. Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, presuntamente operando en territorio mexicano, enfrentan ahora el peso de las medidas del Departamento del Tesoro, en un esfuerzo que apunta a desmantelar la red criminal altamente violenta de Los Chapitos.
Los hermanos fugados se integran en el complejo entramado del Cártel de Sinaloa, mientras que Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López ya se encuentran encarcelados en Estados Unidos. Según anunció la fiscalía federal en mayo, no se solicitará la pena de muerte para Joaquín Guzmán López, pese a los múltiples cargos en su contra en Chicago. Además, el operativo actual se extiende a sancionar a una facción interna del cártel denominada Los Chapitos, quienes han sido identificados como actores clave en la exportación de fentanilo a Estados Unidos, y a una red de socios y empresas con sede en Mazatlán, vinculada al narcotráfico, la extorsión y el lavado de dinero.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró en un comunicado: «Los Chapitos son una facción poderosa e hiperviolenta del Cártel de Sinaloa, a la vanguardia del tráfico de fentanilo en Estados Unidos.»
El comunicado hacía énfasis en el brutal método de acción atribuido a esta facción, que, según acusaciones presentadas en 2023, habría empleado tácticas extremas —incluyendo el uso de dispositivos improvisados, electrocución e incluso el uso de elementos insólitos en actos de tortura— para extorsionar información de sus rivales, además de prácticas sádicas que han dejado una estela de violencia en ambos países. ■
