Ciudad del Vatino ► En un video difundido por su Red Mundial de Oración, el Papa Francisco ha lanzado una advertencia contundente sobre lo que él describe como una auténtica «catástrofe educativa mundial». Según informó Vatican News, el Pontífice subrayó que, debido a las guerras, las migraciones y la pobreza, aproximadamente 250 millones de niños y niñas en todo el mundo carecen de acceso a la educación.
El Papa Francisco destacó que los niños y jóvenes que se ven obligados a migrar o desplazarse a causa de conflictos bélicos enfrentan interrupciones significativas en su proceso educativo. En muchos casos, las escuelas en zonas de conflicto o en campos de refugiados tienen un acceso muy limitado a materiales educativos, infraestructuras adecuadas y docentes capacitados. Además, cuando estos niños y jóvenes se trasladan a otros países o regiones, su estatus migratorio puede impedirles acceder a la educación, privándolos de un futuro mejor.
El Pontífice enfatizó que «todos los niños y jóvenes tienen derecho a ir a la escuela, sin importar su situación migratoria». En ocasiones anteriores, ha pedido que se asegure a los migrantes y refugiados el acceso regular a la educación primaria y secundaria, así como la posibilidad de continuar sus estudios al cumplir la mayoría de edad.
La educación, según el Papa Francisco, es una esperanza para todos. Puede salvar a los migrantes y refugiados de la discriminación, de las redes de delincuencia y de la explotación. Integrar a los migrantes y permitirles contribuir a la sociedad es fundamental para construir un mundo más humano y justo.
El video del Papa de este mes testimonia el compromiso de la Iglesia para garantizar la educación incluso en los contextos más complicados. Existen centros educativos realizados por la Fundación AVSI para niños refugiados en Jordania y Líbano, escuelas salesianas en Palabek, Uganda, y el Instituto Madre Asunta en Tijuana, México, entre otros.
En su mensaje, el Papa Francisco recordó las palabras del Evangelio de San Mateo: «Quien acoge al forastero, acoge a Jesucristo», y llamó a la acción y a la oración para proteger los derechos educativos de los migrantes y refugiados. La educación, concluyó, es una herramienta poderosa para abrir puertas a un futuro mejor y más esperanzador para todos los niños y jóvenes del mundo. ■
