Ciudad de México ► Cada 9 de diciembre, el mundo conmemora el Día internacional contra la corrupción, una fecha establecida por las Naciones Unidas en 2003 para generar conciencia sobre los efectos devastadores de este fenómeno y promover medidas para combatirlo, tanto a nivel personal como institucional. En México, la corrupción sigue siendo un desafío mayúsculo que afecta la confianza en las instituciones y el desarrollo económico y social del país.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2023 de Transparencia Internacional, México ocupa el lugar 126 de 180 países evaluados, con una calificación de apenas 31 puntos sobre 100. Este dato refleja un estancamiento en los esfuerzos por combatir la corrupción desde 2020, evidenciando un problema estructural que perpetúa la desigualdad y debilita la legitimidad democrática.
La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2023 del INEGI revela que el 83.1% de los ciudadanos perciben que la corrupción es frecuente o muy frecuente, y 14 de cada 100 personas han experimentado algún acto de corrupción al realizar trámites o pagos. Estos números subrayan la necesidad urgente de fortalecer las instituciones y promover la transparencia en todos los niveles de gobierno.
En el contexto global, países como Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda encabezan el ranking de los menos corruptos, con puntuaciones de 90, 87 y 85 respectivamente. En contraste, Somalia, Venezuela y Siria se encuentran entre los más corruptos, con puntuaciones de 11 y 13.
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha propuesto una serie de acciones para combatir la corrupción a nivel nacional, siguiendo los pasos de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. Estas acciones incluyen la implementación de políticas de transparencia, la promoción de la rendición de cuentas y el fortalecimiento de las instituciones encargadas de la lucha contra la corrupción. ■