Estados Unidos ► El presidente Donald Trump firmó este miércoles una orden ejecutiva que impone nuevos aranceles recíprocos a diversas naciones. La medida, que incluye un impuesto base del 10% a todas las importaciones y tarifas adicionales para algunos de los principales socios comerciales, ha sido catalogada por Trump como la “Declaración de Independencia económica” del país.
La decisión de incrementar los costos de importación busca incentivar a las empresas a regresar la manufactura al territorio estadounidense. Según el mandatario, la industria nacional ha sido afectada por barreras económicas impuestas por otras naciones, lo que ha llevado a una dependencia excesiva de productos extranjeros.
«Este día será siempre recordado como el día que la industria americana renació, el destino americano fue reclamado y empezamos a hacer a América rica otra vez», expresó Trump durante el evento “Make America Wealthy Again”, celebrado en la Casa Blanca.
Entre los países que enfrentarán los aranceles más altos figuran China (34%), Vietnam (46%) y Corea del Sur (50%), mientras que otras economías como la Unión Europea (20%) y Japón (24%) también verán un aumento significativo en los costos de exportación hacia Estados Unidos. Sin embargo, México y Canadá quedaron exentos de los nuevos impuestos debido a su participación en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La administración Trump justificó esta medida afirmando que el déficit comercial anual del país ha alcanzado niveles insostenibles, especialmente con economías como China e India. El presidente argumentó que la inversión masiva en subsidios extranjeros ha perjudicado a los trabajadores estadounidenses y ha drenado recursos financieros de la nación.
Las reacciones internacionales a estos aranceles han sido mixtas. Mientras algunos sectores de la economía estadounidense celebran la posible recuperación de empleos y la inversión local, expertos advierten que estas políticas podrían desencadenar represalias por parte de otras naciones. Organizaciones empresariales han expresado su preocupación por el posible encarecimiento de bienes de consumo y el impacto en los mercados financieros.
Por su parte, la Unión Europea ha indicado que revisará las medidas y que podría tomar acciones legales ante organismos internacionales. Analistas de comercio global sugieren que esta política podría generar una nueva ronda de negociaciones diplomáticas para evitar una guerra comercial. ■