Estados Unidos ► El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este lunes que a partir del 1 de noviembre entrará en vigor un nuevo arancel del 25% a todos los camiones medianos y pesados importados, una medida que impactará de manera directa a México, principal proveedor de este tipo de vehículos al mercado estadounidense. El anuncio lo realizó a través de su red social Truth Social, donde justificó la decisión bajo el argumento de “proteger la seguridad nacional” y fortalecer a fabricantes como Peterbilt, Kenworth, Freightliner y Mack Trucks.
De acuerdo con datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, más del 80% de los camiones pesados importados provienen de México, lo que convierte a la industria mexicana en la más vulnerable frente a la nueva política. La Administración de Comercio Internacional (ITA, por sus siglas en inglés) recuerda que México alberga 14 fabricantes y ensambladores de autobuses, camiones y tractocamiones, además de dos fabricantes de motores, lo que lo posiciona como un nodo estratégico en la cadena de suministro de Norteamérica.
El impacto no es menor: un estudio citado por la revista especializada TyT señala que las exportaciones mexicanas de camiones pesados a Estados Unidos crecieron 13.5% en 2024, pero en los primeros siete meses de 2025 ya mostraban una caída de 7.3%, tendencia que podría agravarse con el nuevo arancel. Analistas advierten que flotas estadounidenses podrían retrasar o cancelar pedidos debido al encarecimiento de las unidades, lo que afectaría tanto a fabricantes mexicanos como a transportistas en Estados Unidos.
La medida también genera incertidumbre sobre su compatibilidad con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que establece reglas de origen y porcentajes mínimos de contenido regional para evitar gravámenes. Hasta ahora, la Casa Blanca no ha aclarado si los camiones que cumplen con los requisitos del acuerdo estarán exentos. Empresas como Stellantis, que produce camionetas Ram de servicio pesado en México, y Volvo, que construye una planta de 700 millones de dólares en Monterrey para iniciar operaciones en 2026, podrían verse directamente afectadas.
El gobierno mexicano ya había advertido en mayo al Departamento de Comercio que los camiones exportados a Estados Unidos contienen en promedio 50% de componentes estadounidenses, incluidos motores diésel, por lo que consideró injustificada la imposición de aranceles. Voceros de la industria automotriz nacional señalaron que la medida no solo golpea a México, sino también a cadenas de valor compartidas con proveedores y trabajadores estadounidenses.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos y organismos empresariales de Canadá también expresaron preocupación, al recordar que los principales orígenes de importación de estos vehículos son países aliados que no representan una amenaza para la seguridad nacional. Pese a ello, Trump insistió en que el arancel es necesario para “proteger empleos y garantizar la competitividad de la industria estadounidense”. ■