Ciudad de México ► En el contexto del Día Mundial del Agua, México enfrenta una crisis hídrica sin precedentes, donde la industria juega un papel fundamental en la gestión y el uso de este recurso vital. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el 77% del agua disponible en el país se destina a la agricultura, el 14% a la industria y solo el 9% al abastecimiento público. Este desequilibrio, sumado a la sobreexplotación de acuíferos y la contaminación, ha intensificado el estrés hídrico en diversas regiones.
La industria, aunque esencial para el desarrollo económico, ha sido señalada como uno de los sectores que más contribuyen al agotamiento y contaminación de los recursos hídricos. En estados como Coahuila, la instalación de empresas altamente consumidoras de agua, como la cervecera Constellation Brands, ha generado controversia. Esta compañía utiliza más de tres mil litros de agua por segundo, mientras las comunidades aledañas enfrentan escasez severa.
Además, la falta de infraestructura adecuada para el tratamiento de aguas residuales agrava la situación. Actualmente, México solo trata el 41% del agua residual recolectada, lo que representa una oportunidad perdida para su reutilización en actividades industriales y agrícolas. En contraste, países como Israel reutilizan hasta el 85% de sus aguas residuales tratadas, destacando la necesidad de implementar tecnologías más avanzadas y regulaciones estrictas en México.
En zonas como la Comarca Lagunera, el agua subterránea presenta niveles alarmantes de arsénico, afectando tanto a la población como a las actividades económicas. En Torreón, por ejemplo, el 70% de los pozos de agua potable exceden los límites permitidos de este contaminante. A esto se suma la pérdida del 45% del agua en la red de distribución local, lo que evidencia la urgencia de modernizar la infraestructura hídrica.
En el marco del Día Mundial del Agua, diversas organizaciones y expertos han enfatizado la importancia de adoptar medidas sostenibles. Entre las propuestas destacan la implementación de sistemas de captación de agua pluvial, el tratamiento y reutilización de aguas residuales, y la promoción de una cultura de ahorro y uso responsable del agua. Además, se han planteado iniciativas como el proyecto «Agua Saludable para la Laguna», que busca garantizar el suministro de agua libre de arsénico en la región durante los próximos 32 años.
La crisis del agua en México no es un problema exclusivo del gobierno o de la industria; requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Desde la implementación de políticas públicas efectivas hasta la participación activa de la ciudadanía, es fundamental trabajar juntos para garantizar la sostenibilidad hídrica del país. ■
