Corea del Sur ► El presidente Yoon Suk-yeol fue arrestado este miércoles, marcando el punto culminante de una crisis política que ha sacudido al país durante semanas. La detención se produjo tras un intento fallido de imponer la ley marcial en diciembre, lo que llevó a su suspensión y a una serie de eventos que culminaron en su arresto.
El 3 de diciembre, Yoon Suk-yeol declaró la ley marcial, justificando la medida como necesaria para proteger al país de «fuerzas comunistas norcoreanas» y «elementos hostiles al Estado». Sin embargo, la medida fue ampliamente rechazada tanto por la oposición como por la sociedad civil, lo que llevó a su derogación apenas seis horas después. La Asamblea Nacional, dominada por la oposición, aprobó una moción para destituir a Yoon y abrió una investigación por insurrección en su contra.
El arresto de Yoon se produjo después de que se negara a comparecer ante las autoridades para ser interrogado. La Oficina de Investigación de la Corrupción para Funcionarios de Alto Rango (CIO) emitió una orden de arresto, y un primer intento de detención el 3 de enero fracasó debido a la resistencia de su guardia presidencial y seguidores. Finalmente, en la madrugada del 15 de enero, unos 3,000 agentes de policía lograron acceder a la residencia presidencial en Seúl y arrestaron a Yoon tras varias horas de enfrentamientos.
El arresto de Yoon ha generado una ola de reacciones tanto a nivel nacional como internacional. Mientras sus seguidores defienden su inocencia y califican la orden de captura como «ilegal», la oposición y muchos ciudadanos ven su detención como un paso hacia la restauración del orden constitucional. El presidente enfrenta ahora un juicio penal que podría resultar en una sentencia de cadena perpetua o incluso la pena de muerte, aunque esta última es poco probable. ■