India ► El Dalái Lama dio a entender este lunes 30 de junio, al iniciar los festejos de su 90º cumpleaños en McLeod Ganj (norte de India), que tras su muerte se nombrará un sucesor para continuar su combate por la libertad del Tíbet.
Ataviado con su túnica roja y amarilla, el líder espiritual del budismo tibetano apareció ante miles de fieles, monjes y simpatizantes en una ceremonia de ofrenda (Tenshug) organizada por su comunidad en el exilio, un acto que marca el pistoletazo de salida a una semana de celebraciones y oraciones por su larga vida.
“Tengo 90 años, pero todavía estoy en buena forma física”, afirmó el Dalái Lama, sentado entre sus seguidores. “Durante el tiempo que me queda, seguiré dedicándome en la medida de lo posible al bienestar de los demás”. Asimismo, dio la primera pista sobre el mensaje que pronunciará el miércoles, al decir: “Habrá un marco en el que podremos discutir sobre la perpetuación de la institución del Dalái Lama”.
Nacido en 1935 con el nombre de Tenzin Gyatso, fue reconocido como la 14ª reencarnación de esta institución a los dos años. Vive exiliado en India desde 1959, cuando China aplastó un levantamiento en Lhasa, y en 1989 recibió el Premio Nobel de la Paz. En 2011, cedió su autoridad política a un gobierno tibetano en el exilio elegido democráticamente, al tiempo que se reservó el derecho de fijar las reglas para su propia sucesión mientras mantenga facultades físicas y mentales.
La cuestión de su sucesor adquiere relieve porque Pekín, que considera al Dalái Lama un separatista, busca controlar el proceso de reencarnación; en 1995 llevó al joven Panchen Lama bajo custodia y designó a otro niño conforme a sus intereses. El plan anunciado por el líder espiritual choca con esa estrategia china y precede a una reunión de altos lamas en Dharamshala, donde analizarán el futuro de la institución y blindarán el método tradicional de reconocimiento de la próxima reencarnación. ■