Perú ► El Congreso de Perú consumó este viernes la destitución de la presidenta Dina Boluarte tras un juicio político exprés que se resolvió con 122 votos a favor, muy por encima de los 87 necesarios. La mandataria, que había llegado al poder en diciembre de 2022 tras la caída de Pedro Castillo, quedó acorralada por una ola de protestas, escándalos de corrupción y una crisis de inseguridad que en los últimos meses se tradujo en asesinatos, extorsiones y un clima de miedo en las principales ciudades del país.
En su lugar asumió José Jerí, abogado de 38 años y hasta ayer presidente del Congreso, quien juró el cargo para completar el mandato hasta julio de 2026, con elecciones generales previstas para abril del próximo año. En su primer discurso, Jerí declaró que el principal desafío de su gobierno será enfrentar al crimen organizado: “El enemigo está en las calles, son las bandas criminales, y debemos declararle la guerra”, afirmó ante el hemiciclo, en un tono que buscó marcar distancia con la gestión saliente.
La destitución de Boluarte se produjo tras la aprobación de cuatro mociones de vacancia que invocaban su “incapacidad moral permanente”. La mandataria se negó a acudir al Congreso para defenderse, alegando falta de garantías en el proceso. Su salida fue celebrada por manifestantes que se congregaron frente al Parlamento con banderas y pancartas que decían “Cae Dina, fuera pacto mafioso”. La expresidenta, que deja el cargo con apenas un 3% de aprobación, pierde además el fuero presidencial y podría enfrentar procesos judiciales por los casos de represión de protestas y el llamado “Rolexgate”, en el que se le acusa de haber recibido relojes de lujo como favores políticos.
El ascenso de Jerí no está exento de controversia. Aunque su nombramiento responde a la línea de sucesión constitucional —ante la ausencia de vicepresidentes—, sectores de izquierda advirtieron que su gobierno carece de legitimidad popular y que podría enfrentar movilizaciones en las calles. “No se va a sostener una semana en el cargo, porque serán las calles las que lo saquen”, advirtió el congresista José Quito durante el debate.
Con esta transición, Perú suma siete presidentes en menos de una década, un récord que refleja la inestabilidad política que atraviesa el país desde 2016. Jerí, militante del partido Somos Perú, asume el poder en un escenario marcado por la desconfianza ciudadana, la fragmentación parlamentaria y la urgencia de recuperar la seguridad pública. Su promesa de un “gobierno de transición y reconciliación nacional” será puesta a prueba de inmediato en un país que parece haber normalizado la caída de presidentes como parte de su vida política. ■