Ciudad de México ► A las 7:19 de la mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó en el Zócalo capitalino el izamiento de la bandera nacional a media asta, en memoria de las víctimas de los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017. Acompañada por integrantes de su gabinete, autoridades de la Ciudad de México, representantes de las Fuerzas Armadas, Protección Civil y la Cruz Roja Mexicana, la mandataria rindió homenaje en el mismo minuto en que, hace cuatro décadas, un sismo de magnitud 8.1 sacudió el país y dejó una herida que aún no cierra.
“Un abrazo a todos aquellos que perdieron a un familiar en los sismos del 85 y del 17”, expresó Sheinbaum durante su conferencia matutina, en la que también anunció el macrosimulacro nacional que se realizaría a las 12:00 horas. Por primera vez, la alerta sísmica sería enviada de forma masiva a 80 millones de teléfonos celulares, como parte de un ejercicio que simularía un sismo de magnitud 8.1 con epicentro en Lázaro Cárdenas, Michoacán. En otras entidades, el simulacro contemplaría huracanes, tsunamis e incendios urbanos, según informó la Coordinación Nacional de Protección Civil.
La coincidencia de los dos terremotos más devastadores en la historia reciente del país —ambos ocurridos un 19 de septiembre— ha convertido esta fecha en un símbolo de duelo, memoria y prevención. El primero, en 1985, dejó oficialmente 3,192 muertos, aunque estimaciones independientes sugieren que la cifra real superó los 20,000. El segundo, en 2017, ocurrió justo después del simulacro anual y cobró la vida de 370 personas, con epicentro en Puebla y Morelos. La Ciudad de México fue la más afectada, con 228 fallecimientos y decenas de edificios colapsados.
Tras el sismo de 2017, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador destinó más de 33,000 millones de pesos a labores de reconstrucción en 10 estados, con más de 71,000 acciones en vivienda, escuelas, hospitales y espacios culturales. La inversión buscó no solo reparar daños, sino fortalecer la resiliencia comunitaria ante futuros desastres.
Este 19 de septiembre, además de recordar a los caídos, el país se prepara para enfrentar lo que venga. La memoria colectiva, marcada por el miedo y la solidaridad, se activa cada año con un ritual que ya forma parte de la identidad nacional. Y aunque el temblor de 2022 —también registrado justo después del simulacro— alimenta la superstición, las autoridades insisten en que la coincidencia no tiene base científica. ■


