Yucatán ► Lo que debía ser una noche de fiesta patria terminó en un episodio de indignación ambiental. Durante el espectáculo de pirotecnia del Grito de Independencia en la Plaza Grande de Mérida, decenas de loros que habitan en los árboles del centro histórico resultaron afectados, según denunció el Proyecto Santa María, organización dedicada a la conservación de estas aves.
Videos y fotografías difundidos en redes sociales mostraron a parvadas de psitácidos huyendo despavoridos de los ficus y ceibas que rodean la plaza. Testigos reportaron que varios ejemplares cayeron desorientados e incluso heridos, lo que generó temor de que algunos pudieran ser pisoteados entre la multitud.
De acuerdo con medios locales, entre las especies afectadas se encontraban loros frente blanca y loros cachete amarillo, ambos bajo protección federal. Ambientalistas advirtieron que el estruendo de la pirotecnia no solo interrumpe su descanso, sino que también altera sus ciclos de anidación y puede provocar un declive poblacional a largo plazo.
El Proyecto Santa María, a través de su Programa de Monitoreo de Loros Urbanos, confirmó que recibió múltiples reportes ciudadanos durante la noche del 15 de septiembre. En un comunicado difundido en redes sociales, la agrupación pidió empatía y cuestionó la falta de sensibilidad de las autoridades:
“Se prioriza la pirotecnia y el derroche de recursos para alimentar egos, sin pensar en los daños que se ocasionan. Los festejos patrios no necesariamente tienen que provocar sufrimiento a la fauna”, señaló la organización.
La polémica escaló rápidamente en plataformas digitales, donde usuarios calificaron el hecho como un “ecocidio” y exigieron alternativas más responsables, como espectáculos de luces láser o drones, que ya se han implementado en otras ciudades del país.
Pese a que el Ayuntamiento de Mérida ha impulsado programas de protección de fauna urbana, la decisión del gobierno estatal de mantener los fuegos artificiales en una zona reconocida como hábitat de aves protegidas desató críticas de especialistas y colectivos ambientales.
El Proyecto Santa María reiteró que continuará con sus programas de educación ambiental en escuelas, convencidos de que la sensibilización de las nuevas generaciones es clave para evitar que la tradición festiva siga cobrándose la vida de especies en riesgo. ■