Ciudad de México ► Este 26 de septiembre se cumplen once años de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, un caso que marcó a México y que, pese a múltiples investigaciones y promesas oficiales, sigue sin resolverse. La fecha será conmemorada con una marcha nacional en la Ciudad de México y un acto político en Iguala, Guerrero, donde ocurrió la tragedia en 2014.
Madres, padres y compañeros de los normalistas encabezarán la movilización en la capital del país. El contingente partirá a las 16:00 horas desde el Ángel de la Independencia y avanzará por Paseo de la Reforma, Juárez y 5 de Mayo hasta llegar al Zócalo capitalino. Autoridades locales han anunciado cierres viales y operativos de seguridad, mientras que colectivos de derechos humanos y organizaciones estudiantiles confirmaron su participación para acompañar a las familias en lo que consideran una jornada de memoria y exigencia.
En paralelo, en Iguala se llevará a cabo un acto político-cultural en la Estela de los Caídos, programado para el sábado 27 de septiembre. La Normal de Ayotzinapa ha difundido desde mediados de mes una serie de actividades que forman parte de la llamada Jornada de Lucha, con mítines, conferencias y encuentros en Guerrero y la Ciudad de México, todos con un mismo eje: mantener viva la demanda de verdad y justicia.
El caso Ayotzinapa se convirtió en un símbolo de la crisis de derechos humanos en México. La llamada “verdad histórica”, presentada en 2014 por la entonces Procuraduría General de la República, fue desmentida por organismos internacionales y por la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia, que la calificó como una construcción para encubrir responsabilidades estatales. A más de una década, las investigaciones no han logrado esclarecer el paradero de los estudiantes, y los padres denuncian que la impunidad persiste.
La marcha de este año será la primera con Claudia Sheinbaum como presidenta de México, luego de que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, reconociera al final de su mandato que no pudo resolver el caso y lo dejó como un pendiente abierto. Para las familias, la conmemoración no es solo un acto simbólico: es un recordatorio de que la exigencia sigue intacta y que la consigna “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” continúa resonando en las calles.
El 26 de septiembre de 2014, los normalistas fueron atacados en Iguala por policías municipales en complicidad con fuerzas estatales y federales, además de integrantes del crimen organizado. Aquella noche dejó seis personas asesinadas y 43 estudiantes desaparecidos. Once años después, la herida sigue abierta y la búsqueda de justicia se mantiene como una deuda pendiente del Estado mexicano. ■