Ciudad de México ► La propuesta del gobierno mexicano de imponer aranceles de hasta 50% a la importación de autos ligeros provenientes de China ha encendido las alarmas en el sector automotriz, en los círculos diplomáticos y entre inversionistas asiáticos que ven en México un punto estratégico para el acceso al mercado norteamericano.
La medida, incluida en el Paquete Económico 2026, busca proteger a la industria nacional frente a lo que la Secretaría de Economía ha calificado como “competencia desleal” por parte de fabricantes chinos que han ganado terreno con vehículos eléctricos y de combustión a precios significativamente más bajos. El arancel también aplicaría a autopartes, textiles y acero, afectando más de 1,400 fracciones arancelarias equivalentes a cerca de 52 mil millones de dólares en importaciones.
Impacto en la industria automotriz mexicana
Marcas como BYD, MG, Chirey y Changan han acelerado su expansión en México en los últimos años, aprovechando su competitividad en costos y una creciente red de distribuidores. La imposición de un arancel del 50% podría frenar esta expansión, encarecer los precios al consumidor y obligar a las marcas a replantear sus estrategias de inversión.
Pero el golpe no se limita a fabricantes chinos. General Motors, Kia, Volvo y Ford también importan modelos desde China. GM, por ejemplo, ha traído más de 80 mil unidades desde ese país entre enero y agosto de 2025, incluyendo modelos populares como Aveo, Groove y Captiva. Estas marcas enfrentan el dilema de absorber el costo, trasladarlo al consumidor o buscar nuevas fuentes de producción.
Reacciones diplomáticas y tensiones geopolíticas
La embajada de China en México calificó la propuesta como “coercitiva” y advirtió que tomará medidas para defender sus intereses. Aunque no se han detallado represalias, el tono diplomático se ha endurecido. La presidenta Claudia Sheinbaum negó que la medida esté dirigida específicamente contra China y anunció una reunión con representantes del gobierno de Pekín para buscar soluciones.
El contexto internacional también influye. La administración del presidente estadounidense Donald Trump ha presionado a sus socios del T-MEC para que adopten posturas más duras frente a China. Aunque no hubo un llamado explícito, funcionarios mexicanos reconocen que las negociaciones con Washington incluyeron este tema desde principios de año.
Implicaciones para los trabajadores y la economía local
Desde el punto de vista laboral, el gobierno mexicano argumenta que los aranceles buscan proteger empleos en la industria automotriz nacional, que ha visto una disminución en la producción local frente al aumento de importaciones asiáticas. Sin embargo, expertos advierten que el encarecimiento de vehículos podría reducir la demanda, afectar ventas y poner en riesgo empleos en concesionarias y empresas de logística.
Además, la incertidumbre regulatoria podría frenar nuevas inversiones asiáticas en México, especialmente en sectores como manufactura avanzada y electromovilidad, donde China ha mostrado interés en establecer plantas. Si la medida se aprueba sin mecanismos de compensación o incentivos, México podría perder atractivo como destino de inversión frente a países como Brasil o Vietnam. ■