Ciudad de México ► En mercados de chácharas y tianguis informales de la Ciudad de México y Estado de México, juguetes sexuales usados y recolectados en tiraderos se ofertan junto a objetos insalubres como ropa sucia, herramientas oxidadas y desechos eléctricos. La Jornada publicó que se confirma su presencia en zonas como Ajusco, El Salado, Santa Cruz Meyehualco, Texcoco, El Zarco y Bordo de Xochiaca, donde compradores adquieren vibradores, dildos, muñecas inflables y lubricantes hasta 80% más baratos que en sex shops.
Especialistas advierten que estos productos, expuestos al suelo y sin esterilización, pueden transmitir infecciones por estafilococos, hongos como cándida o bacterias resistentes. El Dr. Eusebio Rubio (Asociación Mexicana para la Salud Sexual) explica: «el material poroso de muchos juguetes retiene patógenos imposibles de eliminar con limpieza casera. Al contacto con mucosas genitales, la infección es casi segura». Comerciantes sugieren lavarlos con Clarasol, método que los expertos califican de inútil y peligroso.
Sin duda, la situación económica impulsa la demanda, pero Karimme Reyes (Red de SexólogxsMX) enfatiza: «existen sex shops físicos y en línea con precios accesibles y productos nuevos de silicón médico», aunado a ello, la Encuesta Nacional de Conducta Sexual 2024, revela que el 68% de usuarios desconoce normas básicas de higiene íntima. Además, no existen protocolos de reciclaje para estos artículos, pese a su creciente uso (5 encuentros sexuales mensuales/persona en promedio).
Por su parte, la PROFECO reitera que ningún juguete sexual usado cumple normas sanitarias y recomienda verificar sellos NOM en empaques originales. ■