Estados Unidos ► Un controvertido festival deportivo denominado Los Juegos Mejorados generó revuelo al anunciar que su primera edición se llevará a cabo el próximo año en Las Vegas, durante el último fin de semana de mayo de 2026. Los organizadores aseguran que el evento tendrá una calidad superior a la de los Juegos Olímpicos tradicionales, ya que permitirá a los atletas beneficiarse del uso regulado de sustancias para mejorar el rendimiento, rompiendo con las convenciones históricas del deporte competitivo.
La iniciativa es promovida por el grupo 1789 Equity, respaldado en parte por figuras como Donald Trump Jr., y liderada por el empresario Aron D’Souza. Durante la presentación, D’Souza afirmó: “Estamos aquí para impulsar el progreso de la humanidad”, en un llamado a superar lo que él considera las “viejas reglas” que, según sus palabras, limitan el potencial de los deportistas. Además, el festival ofrecerá importantes incentivos económicos: los atletas competirán por premios de hasta 500,000 dólares por evento, con bonificaciones de 250,000 dólares para aquellos que logren romper récords.
La competencia estará abierta a diversas disciplinas, incluyendo natación, atletismo y levantamiento de pesas, entre otras. Uno de los primeros atletas en comprometerse con el evento es el nadador australiano James Magnussen, medallista olímpico en ediciones previas. Magnussen comentó que si bien en otros certámenes se aplican estrictas normas antidopaje, en Los Juegos Mejorados se implementará un “conjunto diferente de reglas” que permita a los deportistas explotar al máximo su rendimiento, lo que, según él, supone una oportunidad para replantear el marco regulatorio actual.
No obstante, el concepto ha suscitado duras críticas por parte de organismos internacionales. Tanto el Comité Olímpico Internacional (COI) como la Agencia Mundial Antidopaje han condenado la iniciativa, argumentando que la normalización del uso de drogas para mejorar el rendimiento atenta contra los principios del juego limpio y pone en riesgo la salud de los atletas. “Si quieres destruir cualquier concepto de competencia justa, esta sería una buena manera de hacerlo”, señaló un portavoz del COI, poniendo de manifiesto el profundo debate ético y sanitario que suscita la propuesta. ■