Ciudad del Vaticano ► Este martes 6 de mayo de 2025, se ha llevado a cabo en el Vaticano la tradicional anulación del Anillo del Pescador y de los sellos papales, símbolos del poder pontificio, a tan solo 16 días del fallecimiento del papa Francisco. El acto, realizado durante la congregación final de cardenales previa al cónclave, marca formalmente el fin del pontificado y allana el camino para la elección de un nuevo sumo pontífice.
Según confirmó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, la operación se efectuó en el Aula del Sínodo siguiendo rigurosos protocolos establecidos por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. Durante el ritual, una mujer –cuya identidad no ha sido revelada– procedió a anular el anillo incidiendo una cruz en su superficie con un punzón para metales, técnica empleada para inutilizar este emblema que tradicionalmente se utilizaba para sellar documentos oficiales del Papa. La acción contó con la presencia de numerosos cardenales y del camarlengo, cuya función es administrar el periodo de “sede vacante” y verificar el fallecimiento del pontífice.
El Anillo del Pescador, cuyo origen se remonta a la época de San Pedro –el “pescador de hombres”– ha sido por siglos un símbolo ineludible del poder y la autoridad papal. Su anulación, junto con la de los sellos de plomo, se realiza para evitar cualquier posible mal uso o falsificación de documentos oficiales, asegurando así la integridad y la continuidad del proceso de sucesión.
Con la operación completada, la Santa Sede avanza hacia la fase del cónclave, en el que el Colegio Cardenalicio se reunirá para elegir al nuevo Papa. Este ritual no solo cumple una función protocolaria, sino que también simboliza el fin de una era y el inicio de una nueva etapa en la historia eclesiástica, en la que se espera que el electo represente una continuidad de las prioridades pastorales de la Iglesia, adaptándose a los retos del mundo contemporáneo. ■