Estados Unidos ► El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a encender las redes sociales con la publicación de una imagen generada mediante inteligencia artificial en la que se le muestra vestido con la tradicional indumentaria papal. La fotografía, difundida a través de su cuenta en Truth Social y replicada en otras plataformas, muestra a Trump ataviado con sotana blanca, mitra y un gesto de bendición, generando debate en un momento en que el Vaticano se prepara para el cónclave que definirá al próximo pontífice tras la muerte del Papa Francisco.
La publicación se produce apenas unos días después de que el mandatario, en declaraciones anteriores, afirmara que “me gustaría ser papa. Sería mi primera opción”. Con esta reiteración de sus comentarios, Trump no solo reaprovecha su estilo polémico y jocoso, sino que también vincula su imagen a un contexto religioso y simbólico en el que se entrelazan la política y la fe. Además, en la misma conversación, hizo referencia a un cardenal estadounidense procedente de Nueva York, generando aún más especulaciones sobre sus intenciones en torno a la institución.
El contexto en el que surge esta imagen añade una dimensión extra a la controversia. Mientras el Vaticano se organiza para el cónclave –cuya reunión de 133 cardenales está programada a partir del 7 de mayo para elegir al sucesor del fallecido Papa Francisco– la publicación de Trump adquiere un matiz incendiario. La coincidencia de estos dos eventos ha generado reacciones encontradas: por un lado, admiradores y simpatizantes del expresidente se suman a la broma instaurada en redes; por otro, sectores de la comunidad católica y diversos analistas critican el uso de la imagen y lo califican de irreverente ante una institución que, tradicionalmente, evoca solemnidad y respeto.
Mientras tanto, en el ambiente religioso, las autoridades del Vaticano mantienen el enfoque en la celebración de un cónclave que, pese a las inusitadas distracciones mediáticas, promete marcar un hito en la historia de la Iglesia Católica. La controversia generada por la imagen de Trump se ubica, en este sentido, como un recordatorio de la intersección entre política, tecnología y religión, donde la capacidad de generar titulares y provocar debates se ha vuelto un recurso cada vez más común en el juego de la opinión pública. ■