La energía eléctrica a bajo costo, otrora símbolo de lucha social para Morena, se ha convertido en un desafío crítico para el gobierno de Javier May Rodríguez. En Tabasco, tierra donde AMLO forjó su narrativa de resistencia contra las tarifas abusivas, los recibos de luz no solo desvelan a las familias, sino que erosionan la credibilidad de un proyecto político que prometió justicia energética.
Hoy, el alza en los costos —que según usuarios triplican los montos habituales— revive fantasmas del pasado y expone las contradicciones de una Cuarta Transformación incapaz de controlar a la CFE.
En la década de 1990, AMLO encabezó en Tabasco un movimiento de resistencia civil contra los abusos de la CFE, alentando a no pagar recibos como protesta. Aquella gesta, convertida en mito fundacional de Morena, pareció encontrar redención años después con los gobiernos de Arturo Núñez y Adán Augusto López. Bajo el lema «borrón y cuenta nueva», se condonaron deudas históricas y se pactaron tarifas accesibles, sellando una tregua entre el estado y la paraestatal.
Sin embargo, esa tregua hoy se resquebraja. Los recibos de marzo y abril, ya extinguido el periodo invernal, llegaron con incrementos exorbitantes. Vecinos de zonas urbanas y comunidades rurales a lo largo del estado denuncian cobros triplicados, aun cuando el gobierno estatal y la CFE renovaron —supuestamente— acuerdos para contener las tarifas.
La paradoja es amarga: quienes confiaron en el discurso de AMLO hoy ven cómo la CFE actúa con la misma rigidez de antaño: cortes de suministro por adeudos, multas arbitrarias y una opacidad que desdice de su supuesto carácter social.
El subsidio energético, bandera de gobiernos morenistas, parece insuficiente ante las temperaturas extremas y el consumo récord en Tabasco. Aunque Javier May anunció recientemente mesas de diálogo con la CFE para revisar tarifas, los usuarios aún esperan soluciones concretas.
Mientras, la empresa —ahora dirigida por Emilia Esther Calleja Alor, la primera mujer en encabezarla— replica prácticas cuestionables: desde facturar «consumos estimados» sin medición real hasta ignorar quejas por sobreprecios.
En Tabasco, más que en cualquier otro estado del país, el costo de la energía eléctrica es un indicador de la credibilidad de la Cuarta Transformación.
Contener los excesos de la CFE es para el gobernador una oportunidad histórica para consolidar su gestión; superar este reto no solo devolvería la confianza a una ciudadanía desbordada de demandas, sino que posicionaría a May Rodríguez como el impulsor que, desde el corazón del proyecto morenista, inaugura una etapa de indiscutible cambio estructural. ■