Estados Unidos ► Mientras millones de estadounidenses celebraban este jueves el Día de Acción de Gracias con el tradicional pavo, en barrios latinos de ciudades como Charlotte, Chicago, Los Ángeles, Houston y Miami la festividad estuvo atravesada por el temor y las ausencias. Las recientes operaciones migratorias de la administración Trump han dejado mesas vacías y familias incompletas, como la de Eugenia Blanco, residente en West Palm Beach, cuyos padres regresaron a Venezuela tras la eliminación del TPS y cuyos tíos y primos evitan salir de casa por miedo a ser detenidos.
El impacto de las redadas se ha sentido en distintos puntos del país. En Seattle, organizaciones de caridad reportaron excedentes de pavos y alimentos porque las familias migrantes dejaron de acudir a las despensas populares ante la presencia de agentes de ICE. En Carolina del Norte, la operación “Charlotte’s Web” provocó ausencias masivas en escuelas, cierres de negocios latinos y cancelación de reuniones familiares. Testimonios como el de Juan de Dios Rodríguez, camarero en Greensboro con dos parientes detenidos, reflejan la incertidumbre: lleva semanas sin trabajar por miedo a ser confundido con un migrante irregular.
Ante este panorama, algunas comunidades han buscado alternativas para mantener viva la tradición. En Chicago, la parroquia de Nuestra Señora de Monte Carmelo retomó la entrega de pavos a domicilio, como en la pandemia, para apoyar a familias que no se atreven a salir. Activistas como Julissa Arce y Sarah Jumping Eagle recordaron en redes sociales la ironía de celebrar una festividad basada en el mito de la hospitalidad hacia inmigrantes mientras se deporta a quienes sostienen la economía. Según el Departamento de Seguridad Nacional, en los primeros 250 días de la segunda administración Trump se han expulsado cerca de 400 mil migrantes, con una proyección de 600 mil en el primer año. ■



