Estados Unidos ► Zohran Mamdani, de 34 años, fue proyectado por Associated Press como el nuevo alcalde de Nueva York, tras imponerse en una contienda histórica que lo convierte en el primer musulmán, el primero de ascendencia surasiática y el primero nacido en África en gobernar la ciudad más grande de Estados Unidos.
La elección de Mamdani, asambleísta estatal por Queens y autodefinido como socialista democrático, marca un giro profundo en la política neoyorquina. Su victoria sobre el exgobernador Andrew Cuomo y el republicano Curtis Sliwa representa un triunfo para el ala progresista del Partido Demócrata, que encontró en su figura un liderazgo fresco y disruptivo. Con apenas unos años de experiencia legislativa, Mamdani logró capitalizar el descontento ciudadano frente al costo de vida, la crisis de vivienda y la desigualdad urbana, temas que dominaron su campaña.
El nuevo alcalde asumirá el cargo el 1 de enero, convirtiéndose en el más joven en más de un siglo. Su ascenso, vertiginoso y poco convencional, se cimentó en una estrategia digital agresiva y en un discurso directo que conectó con votantes jóvenes, comunidades migrantes y sectores desencantados con la política tradicional. Entre sus promesas destacan transporte público gratuito en autobuses, cuidado infantil accesible, viviendas asequibles y una red de tiendas administradas por la ciudad para enfrentar la inflación en productos básicos.
El camino hacia la alcaldía no estuvo exento de tensiones. El presidente Donald Trump intervino de manera inusual en la contienda local, calificando a Mamdani de “comunista” y pidiendo abiertamente el voto para Cuomo. Incluso advirtió que, de confirmarse la victoria progresista, su administración federal reduciría al mínimo los fondos destinados a Nueva York. Estas declaraciones, lejos de debilitarlo, reforzaron la narrativa de Mamdani como un candidato enfrentado al poder establecido.
El respaldo político también fue diverso. La gobernadora Kathy Hochul, la fiscal general Letitia James y el líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, se alinearon con su candidatura, mientras que figuras de peso como Chuck Schumer y Barack Obama optaron por mantener distancia. Esta división interna refleja las tensiones que su perfil ideológico genera dentro del propio Partido Demócrata.
La derrota de Cuomo, quien buscaba un regreso político tras su salida de la gobernación, y la incapacidad de Sliwa para ampliar su base conservadora en Staten Island, consolidaron el terreno para que Mamdani emergiera como la opción de cambio. Su victoria llega en un momento delicado para los demócratas, que buscan recomponerse tras la elección presidencial del año pasado y a un año de las intermedias. ■
