Corea del Sur ► La reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, concluyó con un acuerdo que busca desactivar la tensión comercial entre las dos mayores economías del mundo. El encuentro, celebrado en la ciudad portuaria de Busán, derivó en compromisos concretos: Washington reducirá en diez puntos porcentuales los aranceles a las importaciones chinas, que pasarán de 57% a 47%, mientras que Pekín aceptó aplazar durante un año las restricciones a la exportación de minerales de tierras raras, insumos estratégicos para la industria tecnológica y militar.
Trump calificó la reunión como “extraordinaria” y aseguró que el entendimiento alcanzado representa un alivio para los mercados internacionales. “Diría que en una escala del 1 al 10, fue un 12”, declaró a bordo del Air Force One al partir de Corea del Sur, al tiempo que confirmó una visita oficial a China en abril de 2026 y la posibilidad de recibir a Xi en Washington o en Palm Beach, Florida.
Por su parte, el presidente chino destacó que el acuerdo refleja la voluntad de ambas naciones de evitar una escalada que afecte a la economía global. Xi subrayó que la cooperación en sectores estratégicos, como la energía y la tecnología, debe prevalecer sobre la confrontación, aunque dejó claro que China mantendrá su derecho a proteger sus intereses nacionales.
El pacto sobre tierras raras es considerado uno de los puntos más sensibles, ya que China concentra más del 70% de la producción mundial de estos minerales, esenciales para la fabricación de teléfonos inteligentes, autos eléctricos y sistemas de defensa. La decisión de posponer restricciones fue interpretada como un gesto de distensión, aunque analistas advierten que se trata de una tregua temporal y no de una solución definitiva.
La cumbre en Corea del Sur fue la primera reunión presencial entre Trump y Xi desde el regreso del mandatario estadounidense a la Casa Blanca. El encuentro se produjo en un contexto de tensiones acumuladas por la guerra comercial, disputas tecnológicas y acusaciones mutuas sobre prácticas desleales. Sin embargo, el resultado inmediato parece haber calmado los temores de una nueva escalada arancelaria que podría haber golpeado a las cadenas de suministro globales.
El gobierno surcoreano celebró el desenlace de la reunión, al considerar que la estabilidad en las relaciones entre Washington y Pekín es clave para la región de Asia-Pacífico. En paralelo, los mercados financieros reaccionaron con optimismo: el yuan se apreció frente al dólar y las bolsas asiáticas registraron alzas tras conocerse los anuncios. ■



