Estados Unidos ► General Motors (GM) confirmó este miércoles un ajuste drástico en su estrategia de electrificación al anunciar la reducción del 50% de la producción en su planta de Detroit, donde se ensamblan camionetas como el Chevrolet Silverado EV, GMC Sierra EV, Escalade IQ y el SUV Hummer eléctrico. La medida implica el recorte de 1,200 empleos en esa instalación y la eliminación de un turno de trabajo a partir de enero. La compañía también informó que detendrá durante seis meses la producción de celdas de batería en sus plantas conjuntas de Tennessee y Ohio, lo que dejará a 1,550 trabajadores en paro temporal. En la planta de Ohio, operada junto a la surcoreana LG Energy Solution, 550 empleados serán despedidos de manera indefinida.
La automotriz justificó los recortes como respuesta a la desaceleración en la adopción de vehículos eléctricos y a un “entorno regulatorio en evolución”. El golpe más fuerte provino de la decisión del gobierno de Donald Trump de eliminar el crédito fiscal federal de 7,500 dólares para autos eléctricos, que expiró en septiembre, debilitando aún más una demanda ya en retroceso. A ello se suma la flexibilización de las normas de emisiones para vehículos de combustión, lo que ha restado presión a los consumidores para migrar hacia modelos eléctricos.
El ajuste llega tras un cargo de 1,600 millones de dólares que GM registró este mes por cambios en su estrategia de electrificación. Aunque las acciones de la compañía retrocedieron un 0.3% en la jornada del miércoles, cotizando en 69.65 dólares, mantienen una ganancia acumulada de más del 35% en lo que va del año. Con este movimiento, GM busca contener costos y reacomodar su producción en un mercado que, pese al impulso inicial, muestra señales de enfriamiento en la transición hacia la movilidad eléctrica. ■


