Filipinas ► Un fuerte terremoto de magnitud 6.9 sacudió la noche del martes la región central de Filipinas, con epicentro cerca de la ciudad costera de Bogo, en la provincia de Cebú. El movimiento telúrico, registrado a las 21:59 hora local a una profundidad de apenas 10 kilómetros, dejó hasta el momento al menos 69 personas muertas y cientos de heridos, según el último balance de la Oficina de Defensa Civil. Las autoridades locales han declarado estado de calamidad en la zona para movilizar recursos y atender a más de un millón de familias afectadas.
Las escenas en Cebú y municipios cercanos fueron de caos y desesperación: hospitales desbordados, pacientes atendidos en carpas improvisadas, familias buscando sobrevivientes entre los escombros y rescatistas trabajando a contrarreloj entre réplicas que superaron las 300 en menos de 24 horas. En Bogo, la localidad más golpeada, se reportaron al menos 30 de las víctimas mortales y más de 180 heridos. En San Remigio y otras comunidades cercanas, equipos de emergencia continúan removiendo escombros con maquinaria pesada y perros rastreadores, mientras se teme que haya personas atrapadas bajo edificios colapsados.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran el derrumbe parcial de una iglesia en la isla de Bantayan, motociclistas obligados a detenerse en un puente que se sacudía violentamente y viviendas reducidas a escombros. La gobernadora de Cebú, Pam Baricuatro, confirmó daños severos en carreteras, escuelas y comercios, además de cortes de electricidad y agua que afectaron a varias islas del archipiélago. Aunque el suministro eléctrico comenzó a restablecerse en algunas zonas, miles de familias permanecen en refugios temporales.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. anunció que viajará a la región para supervisar las labores de rescate y evaluar la magnitud de los daños. El Ejército filipino desplegó helicópteros y un avión C-130 para trasladar víveres, agua y medicinas a las comunidades más afectadas. Organizaciones humanitarias como Plan International ya distribuyen kits de higiene y asistencia básica. Gobiernos como Estados Unidos, Japón y la Unión Europea expresaron condolencias y ofrecieron apoyo logístico en caso de ser requerido.
El sismo ocurre apenas días después del paso del supertifón Ragasa y la tormenta tropical Bualoi, que dejaron decenas de muertos y miles de desplazados en el archipiélago. La concatenación de desastres naturales ha puesto bajo enorme presión a las autoridades locales y a la población, que enfrenta ahora la reconstrucción en medio de la incertidumbre.
La magnitud del terremoto y la vulnerabilidad de las infraestructuras en la región explican la gravedad de los daños. Aunque la alerta de tsunami fue descartada horas después del temblor, las réplicas mantienen en vilo a los habitantes de Cebú y provincias vecinas. “Todavía estamos en la fase crítica de búsqueda y rescate”, advirtió Rafaelito Alejandro, subdirector de la Oficina de Defensa Civil, al confirmar que la cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas. ■