Ciudad de México ► A partir de este miércoles 1ro. de octubre, todos los bancos en México estarán obligados a habilitar en sus plataformas digitales la opción para que los usuarios configuren su propio Monto Transaccional del Usuario (MTU), una medida que busca blindar las operaciones electrónicas frente al creciente riesgo de fraudes. La disposición, publicada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en el Diario Oficial de la Federación el 14 de junio de 2024, establece que cada cliente deberá definir el monto máximo que puede transferir por operación desde su cuenta bancaria, ya sea a través de banca móvil o por internet.
Quienes no configuren su MTU antes del 30 de septiembre recibirán automáticamente un límite de 1,500 UDIS —equivalente a unos 12,800 pesos— que aplicará en todas sus transacciones digitales. Aunque el monto puede modificarse posteriormente, cualquier operación que lo rebase requerirá autenticación adicional, como códigos de seguridad o validación biométrica. La CNBV explicó que esta medida responde al aumento de fraudes electrónicos en el país, que en los últimos cinco años crecieron más de 50%, con ocho de cada diez reclamaciones bancarias vinculadas a operaciones digitales.
El MTU no afecta el saldo disponible en la cuenta, sino que funciona como un filtro de seguridad que impide transferencias no autorizadas por encima del límite establecido. La medida no aplica a cuentas de Nivel 1 —aquellas con montos pequeños y sin acceso a banca móvil—, pero sí será obligatoria para todas las cuentas con acceso a servicios digitales, incluyendo tarjetas de débito y crédito.
Especialistas en regulación financiera han señalado que el MTU representa un cambio estructural en la relación entre usuarios y banca digital, al trasladar parte del control operativo al cliente. “Es una barrera preventiva que puede evitar pérdidas millonarias en caso de robo de identidad o acceso indebido a cuentas”, explicó Rafael Fragoso, director ejecutivo de Banca Digital en Banorte.
La banca mexicana entra así en una nueva etapa de seguridad digital, donde el usuario no sólo transfiere dinero, sino también responsabilidad sobre sus propios límites. La CNBV ha reiterado que esta medida no busca restringir el uso de la banca, sino fortalecerla frente a un entorno cada vez más vulnerable. ■