Ciudad de México ► La Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) confirmó la ampliación de la veda para todas las especies de camarón en las costas de Tabasco, Campeche y Quintana Roo, medida que se mantendrá vigente hasta las 18:00 horas del próximo 30 de septiembre. La decisión, publicada en el Diario Oficial de la Federación, responde a recomendaciones técnicas del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS), con el objetivo de proteger los ciclos reproductivos del crustáceo y garantizar capturas de mayor calidad en el futuro.
La restricción aplica tanto en aguas marinas como en sistemas lagunarios estuarinos de jurisdicción federal, abarcando desde la franja costera frente a Campeche y Tabasco hasta los caladeros de Contoy, en Quintana Roo. Según Conapesca, esta medida busca favorecer el crecimiento individual de los camarones y promover un aprovechamiento responsable del recurso, en una región donde la actividad pesquera representa sustento directo para miles de familias.
Aunque la veda implica una pausa en la pesca comercial, autoridades federales insisten en que su cumplimiento es clave para la sostenibilidad del sector. Para ello, se ha reforzado la vigilancia en zonas costeras y se mantiene activa una línea telefónica para reportar pesca ilegal o malas prácticas, disponible las 24 horas del día.
La extensión de la veda ha generado reacciones mixtas entre pescadores y cooperativas locales. Mientras algunos reconocen la necesidad de proteger el recurso, otros advierten sobre el impacto económico inmediato en comunidades que dependen casi exclusivamente de la captura de camarón. En respuesta, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural ha reiterado que se trabaja en esquemas de apoyo temporal para mitigar los efectos de la medida.
Conapesca ha insistido en que las vedas espacio-temporales no son castigos, sino herramientas de manejo que permiten preservar los ecosistemas y asegurar la viabilidad de la pesca en el largo plazo. El llamado, por ahora, es claro: respetar el calendario y esperar a que el mar vuelva a abrir sus ciclos. Porque en la pesca, como en la vida, el tiempo también es parte del oficio. ■


