Reino Unido ► El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será recibido esta semana por el rey Carlos III en el Castillo de Windsor, en lo que se perfila como una de las recepciones más fastuosas que ha ofrecido la monarquía británica en años. La visita, que se extenderá del martes al jueves, marca la segunda ocasión en que Trump es invitado oficialmente por la corona, un gesto inédito en la diplomacia real moderna.
El encuentro, cuidadosamente orquestado por el Palacio de Buckingham y Downing Street, busca reforzar los vínculos bilaterales en materia de comercio, defensa y energía. Fuentes diplomáticas confirmaron que se espera el anuncio de nuevos acuerdos sobre tecnología y energía nuclear civil, en un momento en que Reino Unido busca afianzar su relación con Washington tras el reciente pacto arancelario entre ambas naciones.
La ceremonia incluirá una cena de Estado servida en vajilla de plata centenaria, un desfile de carruajes por los jardines de Windsor y la inspección de la Guardia de Honor por parte del mandatario estadounidense. También está prevista una ofrenda floral en la tumba de la reina Isabel II, con quien Trump se reunió durante su primera visita oficial en 2019.
El despliegue logístico ha sido monumental. Más de 55 drones vigilarán el perímetro del castillo, en una operación de seguridad comparable solo con la coronación de Carlos III. El personal del castillo ha trabajado durante semanas en la preparación de la mesa de caoba de 50 metros, mientras los mozos pulen los cascos de los caballos que tirarán de los carruajes reales.
La invitación fue entregada personalmente por el primer ministro británico Keir Starmer durante una visita a la Casa Blanca en febrero, acompañada de una carta firmada por el propio monarca. Trump, que ha elogiado públicamente a la familia real en varias ocasiones, mostró la misiva con orgullo ante las cámaras.
Aunque el rey Carlos III no interviene directamente en política, su papel ceremonial se convierte en una herramienta de “poder blando” que el gobierno británico utiliza para estrechar lazos con líderes clave. “Le estamos dorando la píldora”, comentó el historiador Robert Lacey, experto en la familia real, al referirse al trato preferente que se le dará al presidente estadounidense. ■



