Estados Unidos ► Este martes, durante una entrevista con la cadena CNBC, el presidente Donald Trump reconoció que los trabajadores migrantes que su administración está deportando resultan “difíciles de reemplazar”, especialmente en el sector agrícola. “La gente que vive en las ciudades no hace ese trabajo. Lo hemos intentado, no lo hacen. Estas personas lo hacen de forma natural”, afirmó el mandatario al ser cuestionado sobre el impacto económico de sus redadas.
El gobernante vinculó la falta de mano de obra en los campos con una caída de 1.7 millones de empleos ocupados por extranjeros entre marzo y julio, cifra que se reflejó en el informe de empleo de julio, criticado por reportar apenas 73 mil nuevos puestos. Sectores como la agricultura, la hotelería y el ocio han empezado a resentir ausencias masivas, retrasos en cosechas y sobrecostos operativos, advierten productores y cadenas de servicios.
Aunque insistió en que su prioridad es “sacar criminales”, Trump aseguró que trabaja en conjunto con los agricultores para “no perjudicar” al campo y prometió la pronta emisión de “reglas y regulaciones” que permitan mitigar los efectos de las expulsiones. Además, sorprendió al señalar que algunos migrantes podrían regresar “legalmente” bajo permisos temporales una vez deportados.
El presidente adelantó que, en ciertos casos, su gobierno expediría autorizaciones para que los trabajadores regresen a Estados Unidos y cumplan procesos de estudio o aprendizaje antes de reincorporarse al mercado laboral. Esta estrategia, dijo, “es compleja, pero funciona”, y busca garantizar el flujo de mano de obra esencial sin renunciar a sus objetivos de control migratorio. ■



