Ciudad de México ► Un análisis publicado en la revista Nature Human Behaviour revela que implantar una semana laboral de cuatro días, sin recorte salarial, reduce significativamente la fatiga y los problemas de sueño, a la vez que incrementa el rendimiento y la satisfacción de los empleados. El experimento incluyó a 2 mil 896 trabajadores de 141 empresas en Australia, Canadá, Estados Unidos, Irlanda, Nueva Zelanda y Reino Unido, lo que respalda sus conclusiones en países de altos ingresos.
Los investigadores dividieron a los participantes en tres cohortes según la rebaja semanal de horas: quienes redujeron ocho o más horas (adaptándose a cuatro días de trabajo); quienes recortaron de cinco a siete horas; y quienes disminuyeron entre una y cuatro horas. Para medir el efecto, contrastaron estos grupos con un control de 285 empleados de 12 empresas que no modificaron su jornada habitual.
El grupo que trabajó cuatro días por semana experimentó la mayor disminución del agotamiento y reportó mejoras notables en salud mental y física, en particular en la calidad del sueño. Quienes recortaron entre cinco y siete horas y entre una y cuatro también obtuvieron beneficios similares, aunque de menor magnitud que el primer grupo.
Juliet Schor, coautora del estudio y profesora en la Universidad de Boston, explicó a la Agencia SINC que existe “una relación estrecha entre la percepción de bienestar y la capacidad de trabajo”. Según Schor, “ahora hay pruebas sólidas de que reducir las horas, sin afectar el salario, eleva tanto la productividad como la calidad de vida”.
La cuenta oficial de Nature en X celebró estos hallazgos destacando que “moverse a una semana de cuatro días sin perder pay deja a los empleados más felices, saludables y con mejor desempeño”. En paralelo, la iniciativa global 4 Day Week Global, que ha coordinado ensayos en cerca de 375 empresas, reporta tendencias similares en múltiples sectores.
Los autores subrayan el potencial de las empresas y los responsables políticos para mejorar el bienestar laboral mediante la reorganización de tareas de bajo valor y la implantación de jornadas más cortas. Además de la semana de cuatro días, proponen evaluaciones de esquemas de seis horas diarias o reducciones del 20% del tiempo de trabajo para optimizar resultados operativos y de salud.
Este amplio conjunto de datos refuerza el debate sobre reformas laborales orientadas al equilibrio entre vida personal y profesional. Las pruebas de seis meses demuestran que, lejos de perjudicar la economía empresarial, la reducción de horas fomenta un entorno laboral más saludable y productivo, abriendo la puerta a modelos de trabajo más sostenibles. ■